De acuerdo a testimonios recabados en el Informe Valech, este recinto fue utilizado en el año 1973 por personal del Ejército para la reclusión y tortura de presos políticos, hombres y mujeres, quienes durante su permanencia eran mantenidos en una sala del gimnasio de 36 x 26 metros, durmiendo en las graderías del recinto. A los prisioneros aquí recluidos, les estaba prohibido salir al aire libre y en cuanto ingresaban se les asignaba un número, por el cual sería identificado durante toda su estadía en el lugar.

En el Gimnasio CENDYR los detenidos fueron sometidos a golpizas y torturas, simulacros de fusilamiento y aplicación de electricidad, para luego ser trasladados a interrogatorios al regimiento de caballería, al SIM (Servicio de Inteligencia Militar) y al cuartel de Investigaciones de la ciudad de Valdivia, generalmente en camiones cerrados.

Este inmueble está identificado en el Catastro de la Memoria, de acuerdo a la nómina de inmuebles incluidos por la Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura, de modo que presenta una connotación socio-histórica relevante.